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Una buena comunicación fluida y sincera es el elemento clave entre dentista y paciente para lograr el máximo rendimiento de la clínica dental. Con esta práctica indispensable, se consigue fidelizar a los pacientes, así como aumentar el número de primeras visitas. En este artículo te mostraremos los errores comunicativos más frecuentes en la Clínica Dental.

Uno de los errores más frecuentes consiste en interrogar al paciente sin demostrar nuestro verdadero interés en él. Se puede dar una situación incómoda en la que el paciente se sienta invadido con tantas cuestiones y adopte una actitud defensiva, por lo que puede mentir, callar… Por tanto, es necesario desarrollar una conversación agradable y cercana con el paciente y no un interrogatorio rutinario y obligatorio para extraer un análisis de su situación.

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Todo el equipo de clínica, debe tener una escucha activa y focalizar su atención en el paciente para así evitar los errores comunicativos más frecuentes. Te  presentamos cuáles son para que los conozcas y no los vuelvas a cometer:

1. No tener clara la finalidad:

El objetivo de todas las conversaciones que se dan entre el dentista y su paciente debe ser, entre otras cosa: informar, compartir y acordar. Si la finalidad no está clara, lo único que hacemos es complicar la comunicación entre ambos.

2. No adaptar la comunicación a cada persona:

Además del objetivo principal de informar, compartir y acordar, nuestra intención debe ser llegar al receptor para establecer confianza e influirle con nuestro mensaje. No tenemos que olvidar adaptar la comunicación a cada paciente,de manera individual, así como el tono y volumen de voz, la forma de explicar el mensaje y el trato físico y emocional que establecemos.

3. Focalizarse en el problema dental:

Los pacientes necesitan la pertinente ayuda odontológica para corregir su problema dental, pero también necesitan ser escuchados y comprendidos. Es imprescindible que el dentista atienda a la persona antes de intentar ocuparse de su enfermedad o problema dental.

4. No practicar la escucha activa:

No se trata de hacer un discurso, sino de invitar al paciente a participar de la conversación a través de preguntas. Debemos recordar que él es el centro de atención y el que debe exponer su problema. También hay que asegurarse de que el receptor está escuchando y comprendiendo el mensaje.

5. Emitir juicios y sacar conclusiones precipitadas:

Debemos hacer un esfuerzo para entender realmente las inquietudes y preocupaciones del paciente. Es primordial adaptarnos a su forma de expresarse, ser comprensivo con sus sentimientos y emociones. Cada paciente es único.

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